RELACIONES QUE MATAN DÉJALAS MORIR
Hay relaciones que edifican, y hay de las que destruyen. Hay relaciones que te aportan, y hay las que te absorben. Hay relaciones que te alegran, y hay las que te entristecen. Hay relaciones que te animan, y hay las que te deprimen. Hay relaciones que te hacen cumplir tus sueños, y hay las que te roban tus sueños. Hay relaciones que te engrandecen, y hay las que te empequeñecen. Hay relaciones que te encierran, y hay las que te liberan. Hay relaciones que te vivifican, y hay las que te matan. Hay relaciones que te enredan, y hay las que te ayudan a volar.
Hay relaciones que debes cuidar, porque son relaciones claves en tu vida. Un día de estos pensé en una de esas relaciones con uno de mis colaboradores, su nombre es Mauricio Morales, y de cariño le decimos Mao, y “Cofla”. Mao es una persona fiel, leal, trabajadora, comprometida por encima de sus propias necesidades, respetuosa, y con actitudes que de seguro le llevarán muy lejos. Soy bendecido al conocerle y tenerle en mi equipo. Hace unos dos días hice algo para alimentar esa relación, y es que esas relaciones hay que alimentarlas.
Hay un punto débil que todos hemos tenido en esto de alimentar las buenas relaciones, y es que muchas veces, hemos cuidado, y hasta desgastado por relaciones que nada dejan, bueno si, desencanto, frustración, molestia, retraso, desgaste, dolores de cabeza, y hasta lo hacen quedar mal a uno. La verdad es que me resisto a pensar en los nombres de algunos que personifican esas relaciones, porque ya fue suficiente lo que hicieron como para volver a resucitar esos malos recuerdos. ¡Qué el Señor nos dé el suficiente discernimiento para alimentar esas relaciones de propósito, también las que debemos “desnutrir” para que mueran!
Yo creo que en mi caminar por la vida tenía que encontrarme con algunos para que de ahí en adelante siguiéramos juntos y unidos para hacer realidad un sueño. Estas son las que hay que nutrir.
Cuando una relación te está afectando negativamente, no la nutras, guarda la distancia, guarda silencio. Involucrarse con personas que te afectan negativamente no aprovechan para nada, por eso, poner una buena distancia, y un muro de silencio hace que nos aislemos para no ser infectados. Ahora, esto es muy bueno, porque las aguas turbulentas se calman, y puede ocurrir que producto de esto, descubramos que aquella relación a pesar de todo logró sobrevivir, y nos de un buen indicio que dar una oportunidad con mucha prudencia para volverla a restablecer. Y claro, si esa relación, con todo y distancia y silencio, sigue propinando golpes bajos a la vida en paz, tenemos que huir de ahí para no proveerle nada que la alimente, hasta que por desnutrición total, esa relación perezca. Aquí es donde tu decides, ¿o la matas tu, o la relación te mata a ti? Mejor déjala morir.
En resumen: Alimenta ciertas relaciones, y las demás déjalas morir. Seguir con relaciones destructivas es como criar serpientes, tarde o temprano, su veneno te matará. Pero también, no dejes pasar por alto relaciones que te bendicen, cuídalas.
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