LA PLUMA PARA ENDULZAR EL CAFÉ
Estaba ocupado en mi oficina firmando unos certificados muy importantes. Es mi costumbre tomarme un café como a las 4:00 de la tarde. Llamé a mi secretaria y le dije que si podía traerme el café de costumbre. A los pocos minutos abrió la puerta con mi anhelado café, dejó el café en mi escritorio y salió.
Cuando quise tomar mi primer sorbo de café mi sorpresa fue que estaba muy amargo. Llame a mi secretaria y le pregunté: ¿le pusiste azúcar a mi café? ¡Es que sabe muy amargo! ¡Ups! -dijo ella-. -Se me olvidó mover el azúcar, voy a buscar una cucharita y ya se la traigo-. Ella tenía que ir al otro lado del edificio para traerla, así que le dije: -No. Yo me las arreglo, gracias-.
Soy un buscador de soluciones, así que era una buena oportunidad para poner en práctica la búsqueda de una solución. Miré al escritorio a ver que tenía. Lo primero que pensé fue en el abre cartas, pero descubrí que mi secretaria se lo había llevado. Entonces mis ojos recorrieron mi escritorio para descubrir algo que usar, pero no encontré nada. Entonces pensé tomar una hoja de papel, enrollarla y meterla en café, pero me pareció antihigiénico y deseché esa solución. Otra cosa que pensé, al ver que se me acababan las soluciones, fue meter rápidamente mi dedo índice derecho y mover el café, pero cuando probé el café sabía que estaba bien caliente, y eso me desanimó. De pronto mis ojos se posaron sobre mi pluma, una que me habían regalado, que yo mismo no me la hubiera comprado. En ese entonces costaba como mil dólares. No lo pensé más. Le puse la tapa, la metí en el café, moví el café, tomé un sorbo, y mmm… ¡Delicioso!
Estaba en eso cuando Dios me habló: ¿Fue útil la pluma? Eso me extrañó mucho. ¿Qué era esa pregunta que Dios me hacía? Me la volvió a hacer: ¿fue útil la pluma? Entonces supe que algo importante Dios me quería enseñar. Me quedé pensando. Seguro Dios vio mi asombro y para ayudarme me hizo otra pregunta: ¿La pluma, cumplió su propósito? ¡Ahhhhh! ¡Zaz! ¡Entendí! Se puede ser útil, pero aún así no cumplir con el propósito. La pluma fue útil, pero la pluma no cumplió con SU propósito. Fue echa para escribir, no para mover el azúcar en mi café. Muchos de nosotros podemos estar contentos con estar siendo útiles, pero más allá de ser útiles, debes hacer tu propósito.
¿Sabes qué es éxito? Éxito es cumplir con el propósito de tu vida. No tienes que ser como nadie para tener éxito. Solo tienes que cumplir tu propósito. ¿Puedes clavar un clavo con un zapato? ¡Sí! Pero, ¿cumplió su propósito? ¡No!
Repasa los post anterior donde escribí sobre cómo establecer el propósito de tu vida, porque es más determinante de lo que te imaginas.