Estoy saliendo a caminar casi de madrugada los martes y los sábados, con la particularidad de que lo estoy haciendo en una montaña que queda a media hora en auto desde de mi casa. Y la caminata es como de varios kilómetros, y como es montaña, hay varias rutas que van desde los 8 a los 16 kilómetros. En la ruta de hoy me llamó la atención un solitario árbol de mandarinas que estaba completamente cargado de fruto. Este árbol está al lado de la propiedad donde hacemos la caminata, por lo tanto, nadie a tomado ese fruto, y el propietario de al lado tampoco.
Uno de los compañeros de caminata es un ingeniero agrónomo, y le pregunté si ese fruto todavía estaba bueno, y la respuesta que me dió fue más allá.
Me dijo que el problema no era que ese fruto ahora se pudiera comer, lo malo es que por no haberse recogido, eso dañaba la siguiente cosecha. Y cómo nadie recogió el fruto, ese árbol en particular reaccionaba deteniendo la siguiente cosecha. Pues los árboles dan cosecha cuando la recogen la actual, siguiendo su naturaleza de preservar la especie. Y como nadie le quitó el fruto, el mensaje que recibía era que no sería necesario dar más, pues no estaba en riesgo la especie, la tenía colgando en sus ramas.
Eso me pareció extraordinario. Y he aquí algunas lecciones:
1. No hay multiplicación si nos quedamos con el mismo fruto. Obvio, pero que lamentable.
2. No hay multiplicación si no recogemos el fruto.
3. Recoger el fruto es hacer que generen más fruto. Las mandarinas traen las semillas que luego sembramos para que hayan más árboles de mandarina. Si dejamos las mandarinas en el árbol, esas semillas se pierden también.
4. Hablando de personas. Si no ponemos a producir a los que tenemos, siempre tendremos a los mismos, y los que tenemos se van echando a perder. Y eso hace que la cosecha que sigue también se eche a perder.
5. Deberíamos poner en práctica la naturaleza del árbol, de que al quitársenos alguna vez algún fruto, reaccionemos dando más fruto para preservar la especie.
6. Dejarse la cosecha hace que la siguiente sea una mala cosecha. Así hay gente que se aferra “a lo suyo”, y echa a perder cosas mejores por venir.
7. Y una lección más. Cuando no “arrancas” a alguien de tu dependencia, no podrá crecer como otro árbol, siempre será solo una mandarina solitaria.
Espero que alguna de las lecciones que tomé te sirvan en tu actividad personal.