Hace rato que quería decir algo al respecto del uso de esta palabra. Primero porque soy libre para pensar, y libre para expresarme, lo cual no significa que eso me da libertad para irrespetar, es solo que deseo argumentar mi posición sobre este punto en particular. Y para hacerlo lo más ordenado posible, y para recibir sus argumentos, y tomar su sabiduría con mayor provecho, me dispongo a compartir mis diez razones de por qué no me parece el uso de esta palabra; la cual nunca he usado, y con respeto y hasta humor, les pido a los amigos de hijos cuando llegan a nuestra casa, que por favor no la usen, y hasta el día de hoy no he tenido ningún distanciamiento o pérdida de la amistad al hacer esa solicitud, porque no es que me ofende como si fuera una palabra obscena o blasfema, pero no me agrada, así de sencillo, no me agrada.
Estas son mis diez razones, y tal vez las de algunas y algunos de ustedes:
1. Me gusta el idioma español, y en general los idiomas. Cada uno es inmensamente rico en palabras únicas, que describen sentimientos únicos, sensaciones únicas, condiciones únicas, formas únicas, percepciones únicas, perspectivas únicas, expresiones únicas, y matices únicos. Y dentro de su riqueza lingüística hay palabras exactas, hermosas, finas, agradables, y muy educadas. “Mae”, y peor “maje”, es una agresión al español.
2. Que algunos digan que ya es un costarriqueñismo (de Costa Rica), no significa que sea bueno y agradable. Entonces, como es “tica” la costumbre que todo lo dejamos para el final, ¿vamos todos a llegar tarde e incumplir con los plazos en que se debe entregar algún trabajo? Si decir “mae” o “maje” nos identifica como costarricenses, ¿qué habrán sido los que escribieron el Himno Nacional que no usaron “mae” o “maje”? ¿No será más bien alejarse de las verdaderas raíces que nos dan la peculiaridad del ser de los “ticos”, y más bien debemos rescatar?
3. El sentido de “mae” o “maje” no es como algunos dicen, equivalente al “pana” venezolano, o el “chico” de los cubanos, entre otros. A manera de ilustrar que no es equivalente, pregunta: ¿le dices “mae” o “maje” a tu madre? ¿Y es así de común que los hijos se lo dicen a los padres en Costa Rica? Tampoco estoy diciendo que se use de común el “pana” para referirse a los padres, solo digo que a todas luces no es equivalente. Porque he oído a hijos venezolanos que se sienten orgullosos de decir “pana” (amigo del alma) a su padre. ¿Pero cuál es el orgullo de decirle “mae” o “maje” a tu madre?
4. “Mae” o “maje” tiene más connotaciones negativas que positivas. Empezando por su mismo significado de origen, que simplemente es “tonto”, y aunque ha evolucionado a ser apelativo (para llamar la atención de alguien), todavía no han logrado quitarle del todo el olor negativo, tanto que los mismos que lo usan también se refieren como “mae” a alguien que hace algo incorrecto o lo hacen caer en algún tipo de broma, y hasta en una trampa.
5. “Mae” o “maje” no tiene dentro de sus connotaciones un trato respetuoso, en muchos casos es todo lo contrario. ¿Lo usan todos los empleados para sus jefes? Hazlo y verás que te echan. Se ve que todavía tiene un tinte negativo.
6. Alguno está diciendo: “Yo si le digo a mi jefe mae o maje”. ¡Ve y díselo al jefe de tu jefe! Y si se lo dices a tu jefe es porque hay cierto grado de cercanía, pero evidentemente no es para todo mundo, y en mi caso prefiero usar palabras con las que pueda tratar con todo mundo. De hecho, dentro de los olores negativos del “mae” o “maje” es que se usa en algunos círculos con un sentido de exclusividad, en el que solo ese “grupito”, que se creen superiores a todos los demás, lo usan para pavonearse frente a otros.
7. Usar “mae” o “maje” es una forma de pereza mental, porque en lugar de aprenderme el nombre de las personas, simplemente me refiero a ellos como “mae” o “maje”. Lo cual, también lleva a contraer relaciones superficiales.
8. Algunos dicen que “mae” o “maje” es sinónimo de amigo. Pero esto mismo me hace pensar en lo inestable de esta palabra, porque muchas veces se usa más bien como “enemigo”. Si alguien amenaza a otro, no es extraño que antes de amenazarle pone por delante el “mae” o “maje” como manera de hacerle sentir su aversión.
9. Y una razón más. En muchos casos esa palabra ya no tiene sentido, se ha vuelto una muletilla. De diez palabras que salen de la boca, siete son “mae” o “maje”. Y claro, eso no demuestra lo que algunos llamarían “cultura”.
10. Y una última. Mi deseo es estimular a usar bien el idioma como una muestra de educación y respeto. Lo ilustro: le he dicho a mis hijos que no le digan a todo “vara”. A un sentimiento le dicen “vara” (“sentí una vara”). A una situación de dicen “vara” (“estuvo peligrosa esa “vara”). A una persona que molesta le dicen “vara” (“deje esa vara”). Y así mil usos de “vara” que no da lugar a conversaciones educadas e inteligentes.
Y tengo dos conclusiones:
1. No estoy en desacuerdo que se pueda usar o crear alguna forma idiomática “tica” o extranjera para establecer relaciones amenas formales o informales, como por ejemplo: “mop”, “bro” (del inglés ‘brother’), “mi-herma”, “pa”, “men”. Solo que con un “siempre y cuando”: cuidado de no violar algunos aspectos, que creo viola el “mae” o “maje” como ya he mencionado.
2. Especialmente, y sobre todo, a aquellos que se dicen ser cristianos. Me parece desagradable en forma superlativa su uso en bocas de santos y santas, cuando tenemos, además del español, el lenguaje de Dios para relacionarnos unos a otros. No se hasta donde puede llegar la evolución de “mae” o “maje”, como ha ocurrido con otras palabras, pero mientras no llegue a un significado rico, positivo, y educado, la destierro de mi vocabulario, de mi casa, de mi iglesia, y de mis más profundas relaciones con gente que aprecio.
He dicho.