OCUPADOS NO SIGNIFICA PRODUCTIVOS
Ya había tratado este tema hace unos días atrás, pero hoy estuve dando una conferencia en el Hotel San José Palacio sobre esto, y compartí siete cosas que interfieren con la productividad. Todos debemos ser productivos, desde el niño que va a la escuela, hasta el más grande de los gerentes de alguna empresa transnacional. Por eso es que este tema se aplica a todos nosotros, y si bien, para algunos no es crucial, a todos nos conviene recordarlo. Porque podemos estar muy ocupados, pero no ser productivos. Alguien puede quedar exhausto dando vueltas en el mismo lugar, pero no llegar a ningún lado
Estas son siete razones que nos impiden ser productivos:
1. Ineficiencia.
Debe ser un principio que si no lo vamos a hacer bien, mejor no lo hacemos. Si hacemos algo mal tarde o temprano habrá que volverlo a hacer, y eso significa más tiempo, más trabajo, más recursos, y eso no es productividad, es desperdicio. Si no se hace bien habrá que volverlo a hacer.
2. Inconsecuencia.
Cualquiera empieza algo, pero el asunto es terminarlo. ¿Cuántas cosas empezamos pero no terminamos? Como decimos popularmente, las dejamos a “medio palo”. Seguro que todos hemos empezado un libro y no lo terminamos, o una carrera universitaria y la concluimos. Lo que hagamos, hagámoslo bien, y lo que empecemos terminémoslo.
3. Desenfoque.
Podemos dar mil golpes a un árbol y no derribarlo. ¿Porqué? Porque no dimos los golpes en el mismo punto. Si nos enfocamos a golpear en el mismo punto, tarde o temprano derribaremos el árbol. Puede ser que unos sean muy fuertes y otros débiles, pero tanto el fuerte como el débil derribarán ese árbol si sus golpes están “enfocados”.
4. Despropósito.
Les conté como una vez aprendí una gran lección sobre hacer las cosas con propósito. Eran las cuatro de la tarde, y como de costumbre, me disponía a tomarme mi café de la cuatro. Mi secretaria me lo trajo, lo dejó sobre mi escritorio, y se marchó. Me hice para atrás sobre mi silla y me dispuse a tomar el primer sorbo. Cuando lo probé estaba amargo como la hiel. Llame a mi secretaria y le dije que se le olvidó echarle el azúcar, pero ella me replicó diciendo que no, que fue que no la movió para endulzarlo. Iba a traerme una cucharita pero quedaba al otra lado del edificio el lugar donde estaban, por lo que le dije que no era necesario, que yo lo solucionaría. Pensé en usar el abre cartas, pero mi secretaria se lo había llevado, pensé en enrollar una hoja y meterla en café, pero eso me pareció anti-higiénico, también pensé en meter mi dedo índice, pero no me gustaba la idea de quemarme. Ya sin muchas opciones, vi una pluma que tenía abierta porque estaba firmando unos documentos importantes. Sin pensarlo dos veces, le puse la tapa y la usé como cuchara. Probé el café y estaba delicioso. Cuando estaba tomándome el café, recibí una pregunta de Dios mismo: ¿Fue útil la pluma? Y seguro que Dios vio que no entendía muy bien, entonces me hizo una segunda pregunta: ¿Cumplió su propósito la pluma? La pluma, evidentemente, fue útil, pero estaba lejos de cumplir su propósito. El creador de la pluma de seguro que nunca pensó en que alguien la usara para endulzar su café. Así que, podemos ser útiles, pero no cumplir nuestro propósito. Y eso es finalmente, no ser productivos.
5. Postergar.
Especialmente los latinos sufrimos de este desagradable síndrome. Por postergar, algunos perdieron buenos negocios, un curso, una carrera, una oportunidad, y además nos complica la existencia, y luego, por hacer las cosas a última hora, nos equivocamos, nos llenamos de tensión, nos sentimos mal, y todo eso nos resta productividad.
6. Valorímetro.
Tenemos que escoger qué hacer y qué no hacer, dependiendo del valor que tenga para lograr nuestros objetivos. Por ejemplo, podemos leer, un periódico, una revista, o un libro. ¿Qué será más valioso? Al final usamos el mismo tiempo en la misma actividad, pero una de las tres será más valiosa, y esa es la que nos hace productivos.
7. Excelencia.
Este es tema frecuente de mis post. Aquí solo te digo, que excelencia es hacer lo mejor que puedas con los recursos que tengas. La excelencia es entonces relativa a tu momento, y se irá desarrollando en la misma medida que tu te vas desarrollando. Lo importante es que haces lo mejor con lo que tengas, y así en cada momento de tu desarrollo. Esa actitud de hacer las cosas cada vez mejor te mantendrá productivo.
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